El documental que se rodó el año 2010, surgió por  la motivación que la canción de Víctor Jara “Preguntas por Puerto Montt” despertó en el realizador audiovisual, Paulo Vargas.

Se trataba de un hecho que marcó no tan solo la historia local, sino que cambió decisiones a nivel país y que ocurrió en un reconocido y legendario sector de la comuna; sin embargo, la historia hasta el 2010 carecía de registros y de acciones conmemorativas,  por lo que un joven universitario se propuso realizar un trabajo de rescate a la memoria; él es Paulo Vargas. 
“Me pareció un tema importante para la región, no solo por los hechos de sangre, que son crueles y marcan una historia en Puerto Montt sino también porque  trajo otras consecuencias a nivel nacional y eso es uno de los ámbitos  que aborda el documental; cómo un hecho que ocurrió acá en el sur terminó influyendo en la política nacional de los años 70”, afirmó. 
Vargas cuenta que empezó a acercarse a la comunidad  unos cuatro años antes del rodaje. “No había muchos temas al respecto,  no había ninguna muralla conmemorativa o algo que indicara lo que había sucedido ahí; por lo que fue un desafío para mí lograr y empezar este trabajo”.

¿Cuál sientes que fueron los principales logros del documental?
Para mí es todo un orgullo lo que significó el documental en el tema del rescate de la memoria histórica de Pampa Irigoin. El trabajo audiovisual es un arte colectivo, entonces, participó mucha gente en esto y, particularmente, tuvo una participación muy importante el “mono” González –que es el autor del mural que hay en Pampa Irigoin.  Después del documental pareciera que se abrió un poco este acontecer a las artes en general; surgió una obra de teatro, hay otro documentalista que está haciendo otra realización audiovisual sobre el hecho, y han aparecido otras expresiones artísticas que han relevado el tema, entonces, ese es como mi principal triunfo: relevar la memoria histórica de la matanza en Pampa Irigoin. 

¿Sigues en contacto con pobladores de Pampa Irigoin?
“Yo llegué ahí a investigar la historia  durante harto tiempo  y me terminé encariñando con la gente y terminé participando de la agrupación de Pampa Irigoin, que es una agrupación de rescate de la memoria histórica y se formó posterior al estreno del documental”, señaló.

Finalmente, Vargas, que actualmente se encuentra  trabajando en el documental “Ché, chileno” se propone abordar  la migración de conciudadanos hacia la patagonia argentina a través del relato de los Almonacid Vargas, oriundos de Calbuco y Chiloé, quienes formaron familia en  el país vecino y sufrieron los embates de la guerra de las Malvinas al perder a su hijo mayor en pleno servicio militar en el año 82. Una  historia cargada de dolor que refleja la realidad del Chile de mediados del siglo XX, y que continúa en la línea de la verdad que tanto inspira a  Paulo, encontrando su más fiel versión en el género documental.