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El escritor y poeta puertomontino Carlos Aguilar Islas, lanzará su primera novela “ABCXYZ”, texto que el mismo autor cataloga como una “nonovela” y que será presentada al público lector este sábado 20 de enero desde las 19:00 horas en la sala Mafalda Mora de la Casa del Arte Diego Rivera con entrada liberada.
Con su primera novela “ABCXYZ”, publicada por la editorial santiaguina Mago Editores y cuya portada lleva la imagen de una pintura del artista visual Jorge Olavarría Velásquez, describe este proceso de creación como “un trabajo largo y lento, que partió a finales del 2018 hasta terminarla casi dos años después, luego vinieron las subsecuentes ediciones y reescrituras. Realizar cualquier cosa que pida tiempo y quedar conforme al terminar, es siempre una experiencia satisfactoria”, afirma Aguilar, quien previamente había escrito poesía y cuentos de terror, que publicaba en fanzines.
-¿Hace cuánto tiempo te dedicas a la escritura y qué te motivó a adentrarte en la literatura?
Parto formalmente la escritura hace poco más de diez años, alrededor del 2012 o 2013. Digo formalmente, porque desde siempre me ha interesado contar historias o retratar pequeñas cosas cotidianas. De niño dibujaba mucho, y a partir de eso armaba historias o cómics de profesores y amigos. Recuerdo intentar escribir algo estrictamente literario a los 7 u 8 años, una especie de novela iniciática en una agenda dada de baja por los adultos. Se sentía una empresa imposible en ese momento, así que supongo que ese impulso quedó suspendido hasta después de la adolescencia, donde reaparece como un espacio de catarsis, pero que de a poco se configura como un ejercicio de entendimiento, un espacio para plantearse preguntas sin tener claras las respuestas. Escribir se parece mucho a gritar un saludo al borde de un despeñadero esperando los ecos.
-¿Cuáles son tus referentes literarios?
La lista es interminable y desordenada entre novelistas, cuentistas y poetas. Si tuviera que elegir uno solo, diría Edgar Allan Poe.
-¿Hay algún escritor local que te guste?
Del sur de Chile me gusta mucho la poesía de Rosabetty Muñoz, Roxana Miranda Rupailaf, Harry Vollmer, Alejandra Wolleter, Manuel Vidal, Jonathan Alvarado (que también escribe dramaturgia y cuentos) y las novelas de Yuri Soria-Galvarro.
-Respecto a “ABCXYZ” tu primera novela ¿Cómo fue la experiencia de escribir este libro?
Todo fue de un trabajo largo y lento. Parto a finales de 2018 hasta terminarla casi dos años después, luego vinieron las subsecuentes ediciones y reescrituras. Hay quienes dicen que la verdadera escritura es la reescritura.
Realizar cualquier cosa que pida tiempo y quedar conforme al terminar es siempre una experiencia satisfactoria.
-¿Cómo surge el nombre “ABCXYZ”?
Lo pensé como un gesto vacío hacia la totalidad. El inicio y el final del alfabeto como la muestra de una necesidad humana de sentido transversal.
-¿De qué se trata esta novela?
El libro completo es una pregunta abierta sobre la comunicación y sus posibilidades, los aparatos, códigos y lo delirante de las rutinas. Es un texto que se resiste a la cita "fraseológica" (que es algo que no me agrada mucho de nuestra cultura inmediata). A través de las escenas y diálogos la trama verdadera se resiste a la significación.
-¿Cómo nace esta historia? ¿Tenías toda la trama en la cabeza antes de empezar a escribir, o la historia va creciendo a medida que vas escribiendo?
Es el eterno cliché, pero el origen tiene una relación con los sueños.
El puntapié inicial es alguien que duerme escuchando una canción, la que se infiltra en el sueño y cambia de tono y letra. Cuando despierta el personaje, la canción cambia inexplicablemente. Eso me pasó en la realidad un par de veces: de ahí parte la premisa de lo frágil de la memoria, y el enlace de comunicación a través de código y aparato presente en todo el libro.
Como el libro funciona por "viñetas" o unidades narrativas como cartas en una baraja, fue un trabajo de ir abordando todo paso a paso. Partes de la historia fueron manifestándose a medida que se iba desarrollando cada parte de la historia, así el libro fue sumando espesor poco a poco.
-Te refieres a tu libro como una “nonovela”, ¿por qué?
En relación al término Nonovela, es mi forma de eludir la ineludible etiqueta de "anti-novela". Lo pienso como un entredicho entre las formas literarias intermedias conocidas (la discusión entre si es cuento largo, o novela corta, noveleta o nouvelle), principalmente porque en ellas se suele categorizar según argumento y extensión en páginas. Fuera de toda otra pretensión, no es un libro que funcione en tres grandes actos, sino más bien por un código de acumulación. Tampoco es de vasta extensión. Ni siquiera tiene personajes definidos, solo con letras asignadas y que interactúan en espacios diversos. De ahí la idea de jugar con un epíteto distinto.
-¿Qué va a encontrar el lector en este libro?
Una invitación a armar un puzzle literario. La interpelación a dotar de sentido el tránsito por un laberinto.
-Finalmente, ¿te gustaría seguir escribiendo novelas?, si es así ¿qué géneros te gustaría explorar?
He estado explorando diferentes formatos literarios.
Hace unas semanas terminé el manuscrito de un libro de cuentos en el que estuve trabajando todo el año pasado, de título "Puerto de nada" escrito a través de la beca de creación literaria del MINCAP 2023.
También estoy trabajando como asesor de guión en una novela gráfica ("Khasmata") del artista Jorge Olavarría Velásquez, quien hizo el óleo que figura en la portada del libro.
En relación a futuros proyectos que aún no empiezan, tengo una idea que está rondando hace uno o dos años para un futuro libro, quizás una novela breve de corte más clásico. Estas cosas siempre funcionan a su propio ritmo, así que no creo poder hacer mucho más que sentarme frente a una página en blanco a esperar y sorprenderme con lo que aparezca.