Rossy Oelckers, Berta Ayancán, Rubén Schneider, Raúl Césped, Alejandro Rogel y Cristian Bustamante llegan a la Sala Hardy Wistuba bajo la idea de un desafío antagónico y la representación de la ausencia del color para dar paso a una exposición que llama a la reflexión y a las miradas opuestas de un mismo escenario.
Un colectivo que tuvo su origen hace más de 15 años en Osorno y que desde el comienzo tuvo por objeto compartir y pintar en conjunto en torno a un tema; una idea que se retoma muchos años después bajo el concepto de “Negro y blanco” y que hoy conforma una muestra que se perfila como un desafío antagónico llevado a cabo por un grupo de artistas con el objeto de rescatar desde algo viejo una nueva idea.
“Expresar arte en ausencia del color y que, en el fondo, uno de ellos los contenga todos. Se trata de un desafío que se concreta en un amplio juego de paletas, pinceles y telas, creando planos de ambientes sugeridos y formas etéreas imaginadas. Cada obra contiene trazos sólidos de paisajes compuestos, siluetas difusas y líneas proyectadas, pero en esencia cada uno representa estados de ánimos y emociones” (presentación de la exposición escrita por Mauricio Fierro).
Para Rossy Oelckers, “pintar el negro y el blanco es como ying y el yang, la parte buena y mala, cómo está la sociedad, cómo ha ido cambiando el ser humano, el que siempre esté descontento, las faltas de respeto al planeta, las guerras, la devastación de los bosques, se trata de hacer un manifiesto de las artes con el mundo que estamos viviendo tan alterado”.
Una exposición que viene a sugerir al público reflexionar sobre sus sueños, y si estos son en colores o simplemente en negro y blanco.