La cautivadora propuesta de La Curva Colectiva es una muestra que entrelaza lenguajes textiles, sonoros, lumínicos, performáticos, atmosféricos e instalativos, y abrirá sus puertas al público este viernes 23 de mayo en la Sala Multiuso de la Casa del Arte Diego Rivera.
"Aracne" es el fruto de la colaboración de las artistas Aránzazu Zalvidea, Maira Quintana, Andrea Retamales e Isabel Rodríguez. Esta obra interdisciplinaria surge de una profunda necesidad de generar comunidad en torno al saber textil y de fomentar el diálogo entre las propias creadoras y las diversas comunidades que visitan.
Un tejido de saberes y experiencias compartidas
Según Isabel Rodríguez, una de las artistas, "Aracne nació a partir de una necesidad colectiva que tuvimos de crear comunidades en torno al textil, al saber textil, rescatar, hacer diálogo entre nosotras y entre las comunidades que visitemos". Las cuatro integrantes de La Curva Colectiva son tejedoras con trayectorias diversas, y es a través del tejido y las fibras que han encontrado un lenguaje común para conversar y dialogar.
Las decisiones creativas, a pesar de la procedencia geográfica y variada de las artistas, se rigen por un espíritu de "buena fe". "Si una llega con un lenguaje lleno de colores y otra tiene un lenguaje sombrío, elegimos los colores intermedios, elegimos una textura común, un volumen en común", explica Rodríguez. Este enfoque permite que las ideas se entrelacen y complementen, uniendo a "Aracne" "como los tejidos por hilos invisibles".
Ancestralidad femenina y el poder unificador del hilo
La exposición aborda temáticas como la ancestralidad femenina, el encuentro de mujeres y el rol central que estas figuras desempeñan en el mito al urdir, tejer y cortar el destino. "Nos hace mucho sentido que son las mujeres cotidianamente son las que preparan la casa, preparan comida, preparan ritos para que la familia y para que la sociedad esté unida; para nosotras, el mito de la tejedora es como el hilo del textil que une todo", enfatiza Rodríguez.
Aunque las disciplinas que componen la obra podrían parecer dispares, La Curva Colectiva logra generar una atmósfera coherente y envolvente. Se utilizan luces bajas y tenues, sonidos de bajo decibel y movimientos lentos que se entrelazan, creando un espacio que es simultáneamente sombrío y lumínico. Cada lenguaje se integra con respeto por el otro, dialogando sin sobreponerse.
Entre lo extraño y lo hogareño: una dualidad que conecta
"Aracne" invita a una experiencia dual. "Te puede parecer extraña desde lejos, pero entras y ves un tejido a crochet que pudo haber hecho tu abuela y eso te da lo hogareño", describe Rodríguez. La obra, con sus vastos espacios y rincones íntimos que incluyen video performance, fomenta la exploración y la conexión con elementos familiares en un contexto inesperado. Para las artistas, "Aracne" representa un retorno a la infancia, a la creación lúdica y sin imposiciones, un espacio donde se pueden descubrir nuevos lenguajes y sensaciones. Esta aproximación ha resonado particularmente con las infancias, que reaccionan con la libertad que el colectivo espera.
Construcción comunitaria y diálogo de saberes
La creación de "Aracne" ha sido un proceso profundamente comunitario, integrando los conocimientos y técnicas adquiridos en diversos talleres realizados durante el último año. La exposición incorpora textiles provenientes de Santiago, Valparaíso y Chiloé, y se enriquecerá con las creaciones locales vinculadas en Puerto Montt. "Realmente todo lo que hemos tejido lo hemos ido agrandando", afirma Rodríguez. El colectivo busca reafirmar el diálogo textil con mujeres, niños y abuelos del territorio, ofreciendo una mirada contemporánea que fusiona el textil con el sonido y la luz, respondiendo a la curiosidad del público sobre nuevas formas de integrar el arte. La Curva Colectiva tiene la intención de establecer redes culturales con el público del centro cultural a través de talleres, manteniendo así un diálogo real y continuo.
Una experiencia que desborda los límites de la sala
La exposición no se limitará al espacio de la Sala Multiuso; "Aracne" desbordará sus límites, con "pedacitos de Aracne" extendiéndose fuera de la sala para despertar la curiosidad del público y guiarlo hacia la obra principal. Además, la muestra en Puerto Montt incluirá una performance completamente preparada para la ciudad, la cual culmina un proceso de residencias artísticas y será la primera vez que se presente en su formato final.
Desafíos superados y satisfacciones profundas
Las artistas han enfrentado desafíos como el tiempo, el clima y la lentitud inherente al trabajo textil, así como la exigencia de la itinerancia entre distintos territorios. Sin embargo, las satisfacciones han sido inmensas. "La idea del diálogo, el poder dialogar directamente con las personas que habitan el lugar hace que podamos repensar y también reafirmarnos", comenta Rodríguez. La participación de las infancias y el encuentro con mujeres en los talleres, quienes expresan su conexión y comodidad con la obra, son las mayores recompensas. Para La Curva Colectiva, ver a un niño encontrarle sentido a su propuesta es "terreno ganado", y es que "Aracne" es una obra que, a través de la construcción textil, busca tocar el sentir de las mujeres y la fuerza creadora.
Una experiencia única e innovadora que celebra el textil como un lenguaje de unión, ancestralidad y construcción comunitaria. "Aracne: textil, cuerpo y comunidad" promete ser un espacio de encuentro, reflexión y asombro para todas las edades.