Obras en gran formato de acrílico sobre tela es lo que plantea Claudio Muñoz en “Maquetas” (un ensayo tipo). Se trata de un trabajo de investigación desarrollado durante los últimos ocho años, en el que cinco pinturas exploran la relación entre los individuos y las tecnologías. La instalación se podrá visitar de lunes a sábado, desde las 11:00 a las 19:00 horas. 

Entrada liberada

Una problemática que se plantea a través de personajes que, como custodios aislados, permanecen confinados en habitaciones, atrapados por máquinas o dispositivos que los saturan y someten, es lo que propone el autor, quien cursó sus estudios en la Universidad de Chile durante la década de los 90. 

El trabajo de Muñoz  ha sido impulsado por una pulsión creativa que, aunque variable en sus resultados, mantiene una fuente de pasión constante. Esta dinámica ha dado lugar a una obra ecléctica y heterogénea, en la que cada proyecto resuelve una etapa y contribuye a un corpus artístico en permanente transformación.

En esta oportunidad, el artista plantea que “estas figuras, aparentes operarios, se ven reducidas a una labor vacía de objetivos y carente de propósito, transformando su actividad en una mera actuación contemplativa. Sus decisiones no operan ni maniobran; ni siquiera son advertidas”.

Así, Muñoz agrega que “en otras ocasiones, los espacios aparecen abandonados, dejados a merced de una ruina inminente. Entonces, entre el concreto y el código, entre la utopía y la miseria, emergen espacios donde el ser humano dialoga con su propia trascendencia”.
Una exposición que buscará hacer reflexionar a sus visitantes en torno a la trascendencia, al uso y al mal uso de las tecnologías, y a cómo estos hábitos poco a poco han consumido estilos, formas y fuentes de vida. 

Sobre el autor

Desde sus inicios, Muñoz Oyarce ha evitado un enfoque único en su producción, explorando diversas fuentes y materiales. Su obra abarca volúmenes, ensamblajes, dibujo, vídeo,  intura, grabado y cualquier medio que, en su momento, le haya permitido satisfacer su necesidad esencial de crear.

En 2005, presentó Caja-box-sonora-box en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), dentro de la muestra colectiva Reverberancias. Esta experiencia le permitió profundizar en la  elación entre el objeto expuesto y el visitante-operario. Incorporando mecanismos interactivos —manivelas, palancas, ventanillas y pedales—, sentó las bases de una serie de obras-objeto diseñadas para ser usadas y, a la vez, mal usadas, introduciendo así un nuevo factor expresivo: la reparación in situ.

En 2018, su obra TÓTEM-NICHO, exhibida en el MAC Quinta, intensificó aún más la interacción entre el espectador y la obra. En esta ocasión, el visitante debía ingresar a un espacio (nicho) y decidir si interactuar con los mecanismos dispuestos para su exploración.
La pintura, como manifestación fundamental en su trayectoria, ha permanecido constante en todas las etapas de su carrera. Actualmente, se encuentra enfocado en la producción pictórica de gran formato, abordando el mismo enigma que ha atravesado su obra: la relación entre el individuo y los objetos (tekné), y, en última instancia, la conexión del Ser con su entorno.

Esta exploración se consolidó en 2021 con la muestra ILUSTRACIONES (láminas y objetos), donde convergieron pintura, máquinas y objetos. La exposición permitió tanto la   contemplación pictórica como la activación de artificios que ofrecieron al espectador una experiencia inmersiva, análoga y verificable.